Peter Novick (1934-2012)

University of Chicago News informó el pasado 2 de marzo del fallecimiento de uno de los historiadores norteamericanos más celebrados, Peter Novick. He aquí un resumen del obituario:

Peter Novick, historiador de la Universidad de Chicago, especializado en la historia misma, en la historiografía, murió el 17 de febrero a la edad de 77 años. Novick, profesor emérito, utilizó sus formidables habilidades para explicar cómo diferentes visiones del pasado pueden conformar la reescritura de la historia y establecer narraciones que tienen un poder propio.

Su éxito temprano sugiere que podría haber hecho carrera como historiador de la Francia del siglo XX. Su tesis de doctorado en la Universidad de Columbia, galardonada con el Premio Clark M. Ansley, se publicó en 1968: The Resistance Versus Vichy: The Purge of Collaborators in Liberated France. En respuesta a un intenso debate nacional sobre el papel de Vichy en la Francia de la guerra, el libro fue traducido y publicado en 1985 como L’Epuration Française, 1944-1949, siendo «Le Grand Livre du Mois».

Pero el interés de Novick estaba en la forma en que el pasado era dicho, pensado y escrito, lo que le condujo a los dos libros de referencia que siguieron: Ese noble sueño. La objetividad y la historia profesional norteamericana (1988) y Judíos, ¿vergüenza o victimismo? El holocausto en la vida americana (1999).

«Ese noble sueño diseccionó y deflactó el ‘mito’, como lo llamó Novick, de la objetividad científica que había legitimado la institucionalización de la disciplina histórica en el mundo académico norteamericano desde finales del siglo XIX en adelante”; «El Holocausto en la vida americana desarrolló la tesis aún más iconoclasta de que un segmento de la comunidad judía estadounidense había hecho de la rememoración del Holocausto una manera de evitar su asimilación profunda en el mainstream americano», señaló su colega de la Universidad de Chicago Jan Goldstein. «Lo notable de estos dos libros es que en ellos Peter adiestró su poderoso intelecto aplicándolo a dos aspectos sobresalientes de su propia identidad: su identidad profesional como historiador y su identidad cultural como un judío americano secularizado», añadió Goldstein.

«Aunque Peter había elegido estos temas por razones muy personales, ese compromiso personal nunca puso en peligro el rigor de su investigación y de su análisis. Que fuera muy ambivalente respecto de la historia académica y la judeidad no hizo sino subir la apuesta», dijo Goldstein. «Escritos en una prosa cristalina que parecía no costarle nada, los libros son a la vez impresionantes obras de historia y comentarios culturales, así como, desde el punto de vista de su autor, actos de coraje moral».

Ese noble sueño ganó en 1989 el premio Albert J. Beveridge de la American Historical Association  al mejor libro del año en historia americana.  Además, alimentó un acalorado debate en la reunión anual de la American Historical Association, como recogió el Chronicle of Higher Education en enero de 1991. «Deberíamos hacer caso omiso de esas grandes pretensiones de objetividad», citaba el Chronicle del parlamento de Novick hablando a sus colegas. «No tenemos por qué ser definitivos, podemos simplemente ser interesantes o sugerentes». El texto de toda la mesa fue publicado por la American Historical Review en junio de 1991.  A pesar de la controversia, los colegas de Novick reconocieron el valor duradero de su contribución. Como aseguró Linda Gordon, una de las participantes en la sesión de la AHA, «todos estamos en deuda Peter Novick por este libro. Es un regalo para los historiadores y para otros estudiosos, presentes y futuros».

Aunque El Holocausto en la vida americana fue objeto de gran controversia, el libro también suscitó muchos elogios, incluyendo el premio de la Phi Beta Kappa Ralph Waldo Emerson para los mejores estudios sobre la condición intelectual y cultural de la humanidad. Esa asociación señalaba: «El trabajo de Novick muestra que los historiadores eligen sus temas y enmarcan sus evaluaciones y explicaciones de una manera muy determinada  por sus ideologías y por  las instituciones en las que trabajan. Este es un ensayo histórico excepcional -una obra en la que el autor ha utilizado todos los recursos de su oficio para clarificar lo que se suele asumir sobre un tema muy problemático y sensible».

En un informe académico sobre el proyecto, Novick, escribió que el Holocausto se había convertido en un «símbolo y una memoria en la mente del público, tanto en «el público» en general como en los públicos particulares. Me preocupan las estrategias para ‘dominar el pasado’ en relación con el Holocausto, lo que naturalmente difiere según  los distintos grupos y subgrupos, y me preocupa cómo el tratamiento del Holocausto ha servido para varios propósitos sociales e ideológicos», escribió. «Estoy igualmente preocupado por la medida en que la experiencia del Holocausto se ha convertido, para muchos judíos, en el símbolo central de la identidad judía».

El libro causó una inmediata controversia, de modo que los revisores y algunos líderes judíos lo criticaron por no reconocer la magnitud y la naturaleza sin precedentes del Holocausto. Entre sus observaciones iconoclastas, Novick rechazó las populares «lecciones del Holocausto», afirmando que el Holocausto es una mala fuente de lecciones a causa de su condición extrema.

«La sensible e impopular conclusión de Novick, la de que debemos estudiar un acontecimiento histórico como el Holocausto no para extraer lecciones  sino por sus complejidades y contradicciones, complacerá a algunos lectores, pero probablemente molestará a muchos más», escribió Lawrence L. Langer, un estudioso del Holocausto, en The New York Times.

En The New York Review of Books de marzo de 2000,  Eva Hoffman se mostró  más en sintonía con el espíritu del libro y con las motivaciones de Novick para escribirlo: «El Holocausto en la vida americana ya ha sido criticado por la dureza y el supuesto «cinismo» de su tono, y de hecho es un trabajo obstinado, agudo, brusco, y algunas veces casi swiftiano en su acidez», escribió. «Pero la ira es una medida del compromiso de Novick, su franqueza es parte del argumento. Novick intenta claramente abrirse camino a través de los circunloquios del discurso habitual del Holocausto, desafiando lo que él ve como sus ofuscaciones, con lógica inflexible y diciendo en voz alta lo que se suele musitar en privado».

Rest in pace

3 Respuestas a “Peter Novick (1934-2012)

  1. Muy Interesante aportación la de P.Nowick que se la pasaré a a mi amigo Gabriel Jackson, «nuestro» particular judío norteamericano.

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